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sábado, 3 de marzo de 2012

O te odio o te amo

De él aprendí todo, aprendí que unas veces eres el parabrisas y otras en cambio eres el mosquito, que lo que parece el final en realidad es el comienzo y que no siempre para amar hay que sufrir.
Éramos así, tan auténticos, tan libres, viviendo entre la raya que separa el cielo y el mar. Subíamos cada noche al infierno, a escuchar a los mejores rockeros y bajábamos cada mañana a las sábanas revueltas, al cielo, ángel y demonio, bien y mal, puro Rock & Roll, la más letal de las drogas y a la vez, aquello que te da la vida.

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